¿Por qué el mar es salado si se alimenta mayormente de ríos de agua dulce?
El agua dulce que llega al océano no está completamente libre de sales y minerales. Estos se disuelven desde las rocas en tierra firme, un proceso que comienza con la lluvia, que contiene pequeñas cantidades de dióxido de carbono del aire, lo que la convierte en un ácido débil.
Cuando esta lluvia cae sobre las rocas, el ácido disuelve pequeñas partículas de minerales y sales. Estas se transportan por los ríos y arroyos, llevándolas finalmente al océano.
Sin embargo, no notamos sabor a sal en los ríos, arroyos y lagos. Esto se debe a que el agua dulce, al ser constantemente renovada por la lluvia, diluye las cantidades de sales disueltas. El volumen de agua dulce es mucho mayor que el de los minerales disueltos.
Cuando el agua dulce de los ríos desemboca en el océano, lleva consigo estos minerales. Pero el océano, a diferencia de los lagos y ríos, es un sistema acumulativo.
La sal y los minerales no se eliminan fácilmente, se han ido acumulando con el tiempo. Además, hay otro proceso fundamental que añade minerales al océano: los respiraderos hidrotermales en el fondo marino.
En las profundidades, el agua se filtra a través de grietas en la corteza terrestre, donde es calentada por el magma subterráneo. El agua caliente (puede alcanzar los 400 ºC) actúa sobre las rocas, disolviendo sales y minerales de manera similar al azúcar en una vaso de leche caliente.
Por otra parte, la salinidad del mar no es uniforme en todo el planeta. Tiende a ser más baja cerca del ecuador y en los polos, donde hay más precipitación y derretimiento de hielo, respectivamente, lo que diluye la sal.
Mientras, en áreas de latitudes medias, donde la evaporación es mayor, la salinidad tiende a aumentar. Un exponente extremo es el mar Mediterráneo, que es más salado que el océano Atlántico debido a la fuerte evaporación y al limitado aporte de agua dulce.
Fotografía y texto: BBC News
07 diciembre 2024