Aceite de lavanda, el nuevo componente de las baterías de sodio y azufre

El aceite de lavanda logró gran popularidad gracias a sus múltiples propiedades medicinales, dado que ayuda a regenerar la piel, aliviar el estrés, disminuir la inflamación y repeler mosquitos, entre otros usos. Sin embargo, estas no son las únicas funciones, ya que se convirtió en un elemento clave para la fabricación de baterías de sodio-azufre, ayudando a que sean más potentes y guarden electricidad de fuentes renovables. 

Estas baterías de gran tamaño, compuestas a partir de azufre y linalool, componente principal del aceite de lavanda, pretenden convertirse en una alternativa para el almacenamiento de electricidad eólica y fotovoltaica cuando no son utilizadas. 

Las baterías de sodio-azufre, en particular, ofrecen más ventajas y beneficios que las baterías de litio al momento de almacenar energía. Esto se debe a que los materiales con los que están fabricadas son mucho más accesibles que el litio y el cobalto, los cuales son esenciales en las baterías de iones de litio, los cuales cuentan con un proceso de extracción que daña el medio ambiente.

Sin embargo, las desventajas de esta novedosa batería radican en sus funcionalidades, ya que almacenan menos energía que las fabricadas con litio, por lo tanto son menos duraderas. Aquí es donde entra en juego el aceite de lavanda y su componente principal, linalool. De acuerdo con los expertos del Instituto Max Planck de Coloides e Interfaces, este componente podría ayudar a prolongar la vida útil de estas baterías.


Fotografía y texto:  Notas Ambientales

12 febrero 2025
 
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