Guardianas del fondo marino: Las estrellas de mar y su rol crucial en los ecosistemas
Las estrellas de mar, conocidas por su simetría radial y sus múltiples brazos, habitan los océanos del mundo, desde cálidas aguas tropicales hasta profundidades heladas. Estos equinodermos cumplen funciones esenciales en el equilibrio de los ecosistemas marinos. Su capacidad para regenerar extremidades y adaptarse a diversos entornos las convierte en una especie resiliente, aunque no invulnerable.
Sin cerebro ni sangre, utilizan un sistema vascular hidráulico para desplazarse, capturar presas y adherirse a superficies submarinas. En su dieta predominan moluscos como almejas y mejillones, aunque algunas especies también reciclan materia orgánica. Así, ayudan a regular las poblaciones de sus presas y limpian los fondos marinos.
Su presencia es indicio de un entorno saludable, especialmente en arrecifes y zonas rocosas. No obstante, su supervivencia se ve comprometida por amenazas indirectas como la contaminación, la captura accidental y la alteración de sus hábitats por actividad humana.
Fenómenos recientes como el “síndrome de desgaste” diezmaron poblaciones de estrellas de mar en diversas regiones, especialmente en el Pacífico norte. Esta enfermedad provoca la descomposición de sus tejidos, dificultando sus funciones básicas y provocando muertes masivas.
A esto se suma el impacto de los microplásticos y las prácticas pesqueras poco sostenibles. Las redes de arrastre, anclas y trampas mal colocadas pueden dañar irreversiblemente hábitats donde estas especies prosperan. La falta de regulaciones en algunas zonas costeras también facilita su vulnerabilidad.
En regiones como el Golfo de California, se promueve una pesca más responsable, consciente de que la protección de especies no comerciales también es clave para conservar la biodiversidad marina. Proteger a las estrellas de mar es preservar la salud del océano. Cada acción cuenta en la construcción de un mar más equilibrado y resiliente.
Una de sus capacidades más asombrosas es la regeneración: pueden recuperar brazos perdidos e incluso regenerar todo su cuerpo a partir de una sola extremidad, en condiciones adecuadas. Se alimentan principalmente de moluscos como almejas y mejillones, lo que las convierte en depredadoras clave en el ecosistema marino.
Su presencia en arrecifes y fondos rocosos indica buena salud ambiental, ya que cumplen un rol vital en el equilibrio de las cadenas tróficas marinas. Sin embargo, enfrentan amenazas como la contaminación, la pesca intensiva y enfermedades emergentes que comprometen sus poblaciones en varias regiones del mundo.
Fotografía y texto: Notas Ambientales
25 junio 2025